Hola, mi nombre es Juan y les tengo un relato de historia de terror real que me sucedió en mi pueblo.

Resulta que soy un chico al cual le gusta bailar, por lo que me gusta asistir a los bailes que por lo regular hay cada sábado. Allá en los pueblos del estado de Tlaxcala es costumbre celebrar los bautizos, los quinceaños, las bodas con una fiesta, en la cual después de la comida y ya caída la noche empiezan a juntarse los jóvenes para la hora del baile, chavos y chavas que no son invitados pero que llegan a bailar y son bien recibidos.

Bueno, entre ellos llegue yo (en esta ocasión fui al pueblo vecino), no se necesita llevar pareja, pues ahí con solo extender la mano se invita a una chica a bailar y por lo general esta accede. Así pues entre pieza y pieza de baile, invite a una chica muy bonita, y que se veía un poco tímida, a bailar.


Al bailar con ella me sentía muy bien, pues aparte de ser muy bonita tenía un cuerpo muy lindo, tener mi mano en su cintura era lo máximo, aunque debo resaltar que sus manos se sentían muy frías.

Termino la canción y la volví a invitar a bailar y ella accedió. Me quite lo tímido y empecé a platicarle; le pregunte su nombre a lo cual me respondió que se llamaba Lizbeth y que le gustaba que le dijeran Liz. Total seguimos bailando juntos hasta por eso de las 2 de la madrugada (los bailes suelen terminar entre las 2:30 a las 5am). Le dije que si me permitía llevarla a su casa, pues previamente me dijo que había llegado sola, a lo cual me dijo que sí. Cuando uno deja de bailar empieza a darle a uno frio y como yo había notado que ella solo traía un suéter muy delgado le dije que con mucho gusto le prestaba mi chamarra, a lo cual una vez más ella accedió y se la puso.

Yo sabía que tenía frío porque al tomarla de la mano para llevarla a donde deje mi auto (del baile a su casa estaba algo retirado) la sentí una vez muy fría, pero a la vez era muy suave. Nos subimos y en el camino le dije que me gustaría volver a verla, pues ya le había dicho que era muy bonita (mi idea era que fuera mi novia) y que me gustaría invitarla a ir a tomar un helado o al cine, a lo cual ella me contesto que sí. En eso me dijo, ahí es mi casa, la verdad de momento, entre la emoción y lo distraído que iba, no puse mucha atención al lugar, solo recuerdo que era una casa grande y de dos pisos. Nos bajamos y nos tomamos de las manos para despedirnos con un beso de mejilla, la cual también estaba fría. Me dijo ten tu chamarra y yo le conteste, no te la quites pues hace frío, mañana me la das. Ella dijo, está bien, hasta mañana.


Me subí a mi auto y me fui a mi casa con una sonrisa y muy contento. Al otro día fui puntual a su casa a recogerla como habíamos quedado de acuerdo, como a eso de las 6 de la tarde.

Solo que al parecer me perdí, pues no sabía si no encontraba la calle o si era la calle y la que no encontraba era la casa. Bueno, estacione el coche donde ya estaba seguro que era la casa, solo que ahora no había nada, pues era un terreno semi baldío con unos muros viejos, pero las casas de al lado si estaban. En eso vi a una señora, camine un poco y le dije: disculpe no sabe donde vive Lizbeth, una chica así y así, se la describí, me miro con cara de incredulidad y me dijo, ay joven, esa muchacha murió hace 10 años, al parecer fue a un baile, pues a ella le gustaba mucho bailar, y al terminar unos sujetos la atacaron y la mataron. Y si, ahí vivía, pero a raíz de la tragedia sus papás se mudaron para la ciudad de México. La señora se marcho y yo me quede congelado y estupefacto, no lo podía creer, me acerque al terreno y para mi sorpresa ahí estaba mi chamarra en el suelo. De verdad que el cuerpo se me helo con un escalofrió fuertísimo. Corrí y me subí a mi auto y en el camino solo iba pensando: ¿Con quién hable? ¿Con quién platique? ¿A quién le preste mi chamarra? Entonces supe la verdad: HABLE CON UN MUERTO, por eso estaba muy fría. Había hablado con una mujer que había MUERTO hace ¡10 años!