visitar el Gran Bazar
, donde es posible hallartodo lo que se busca y encontrar lo que no se necesita
.En Kapali Carci es el reflejo de la historia de una ciudad, un enorme laberinto abovedo que puede llevarte a pensar que la realidad es un sueño.
En Estambul no solo se dan de la mano Europa y Asia, sino que también se encuentran dos formas distintas de vivir y de entender la vida, la oriental y la occidental.

Muchas cosas en Estambul parecen tan próximas que a menudo es como si estuviéramos en casa, pero inmediatamente descubrimos el sabor de algo sumamente lejano, exótico, y de nuevo viajamos sin habernos movido un centímetro de donde estábamos. Este ir y venir, este constante descubrir de cosas opuestas es, en definitiva, la esencia de esta gran ciudad llamada Estambul y de su país, la acogedora y fascinante Turquía.
La historia del Gran Bazar de Estambul es en cierta medida, el espejo de la de su ciudad o si se quiere, la mejor carta para interpretar los cambios de la última. Situada en el punto medio de dos gigantes continentes vecinos, pero constantemente enfrentados, el bazar fue desde siempre la referencia obligada para advertir de qué lado se balanceaba el peso de sus influencias.
Con la caída de Roma en manos de los bárbaros y el relevo que toma Constantinopla como centro del mundo se produce un hecho curioso.
El transporte por medio de camellos que se origina en Oriente suplanta en gran medida al caballo, el carro y la rueda. Las mercancías no solo llegan por vías distintas sino que el riguroso diseño helenístico da paso al caos controlado de las ciudades orientales.
La ciudad y su vida mercantil sufren un dramático revés en 1453. Los turcos otomanos que la han estado asediando desde hace años, toman la ciudad poniendo punto final a un linaje de gobernantes bizantinos que se remonta quince siglos atrás. Constantinopla pasa a ser la capital del Imperio Otomano con un nuevo nombre, Estambul.