Una ciudad dentro de una ciudad Gran bazar de Estambul

Si se decide viajar a Estambul, el viajero no debe dejar de

visitar el Gran Bazar

, donde es posible hallar

todo lo que se busca y encontrar lo que no se necesita

.

En Kapali Carci es el reflejo de la historia de una ciudad, un enorme laberinto abovedo que puede llevarte a pensar que la realidad es un sueño.


En Estambul no solo se dan de la mano Europa y Asia, sino que también se encuentran dos formas distintas de vivir y de entender la vida, la oriental y la occidental.

Si además tenemos en cuenta que Estambul fue Constantinopla, la mayor ciudad de Occidente y del Oriente Próximo es decir la capital del mundo durante casi mil años y que volvería a resurgir más tarde como la capital del Imperio Otomano, la mayor superpotencia durante cuatro siglos, el resultado es que por más que se esfuerce uno, nunca llegará a conocer la ciudad más antigua, extraordinaria y contradictoria del mundo.


Muchas cosas en Estambul parecen tan próximas que a menudo es como si estuviéramos en casa, pero inmediatamente descubrimos el sabor de algo sumamente lejano, exótico, y de nuevo viajamos sin habernos movido un centímetro de donde estábamos. Este ir y venir, este constante descubrir de cosas opuestas es, en definitiva, la esencia de esta gran ciudad llamada Estambul y de su país, la acogedora y fascinante Turquía.

La historia del Gran Bazar de Estambul es en cierta medida, el espejo de la de su ciudad o si se quiere, la mejor carta para interpretar los cambios de la última. Situada en el punto medio de dos gigantes continentes vecinos, pero constantemente enfrentados, el bazar fue desde siempre la referencia obligada para advertir de qué lado se balanceaba el peso de sus influencias.


La aparición histórica del bazar, que nuestro diccionario define como mercado público de Oriente, tiene sus orígenes no muy lejos de nuestra ciudad, en lo que conocemos por Mesopotamia o Tierra de los Dos Ríos. Con la creación de La primera civilización de la Humanidad aparecieron las ciudades, y con ellas la interdependencia basada entre el comercio y la necesidad de un mercado definitivo. De los pocos datos que disponemos de los bazares de la Antigüedad pasamos a la claridad delas ágoras o mercados públicos del mundo griego y romano.


Con la caída de Roma en manos de los bárbaros y el relevo que toma Constantinopla como centro del mundo se produce un hecho curioso.


El transporte por medio de camellos que se origina en Oriente suplanta en gran medida al caballo, el carro y la rueda. Las mercancías no solo llegan por vías distintas sino que el riguroso diseño helenístico da paso al caos controlado de las ciudades orientales.


La ciudad y su vida mercantil sufren un dramático revés en 1453. Los turcos otomanos que la han estado asediando desde hace años, toman la ciudad poniendo punto final a un linaje de gobernantes bizantinos que se remonta quince siglos atrás. Constantinopla pasa a ser la capital del Imperio Otomano con un nuevo nombre, Estambul.

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