Pasear por el Centro Histórico de Durango significa disfrutar de un ambiente cosmopolita y señorial. Su bella Catedral, iglesias, edificios virreinales y casonas de arquitectura barroca o porfiriana recién restaurados, hacen que sus calles, parques y jardines tengan un toque sin igual en el norte de México.
Joyas de la arquitectura Duranguense
El paseo puede comenzar en la Plaza de Armas, rodeada por su impresionante Catedral, de arquitectura barroca y churrigueresca, y edificios de porte majestuoso.
El Teatro Ricardo Castro, de sobrio estilo neoclásico, y el Palacio Zambrano, que exhibe los murales que ilustran etapas de la historia de Durango, son dos imprescindibles más del recorrido.
Por la tarde se antoja caminar por el andador Constitución, Antigua Calle Real, donde puedes encontrar tiendas, cafés, etc.
Museos y arte por doquier
Para los amantes del arte, existen muchas propuestas para elegir: el Museo de Arte Funerario donde podrás apreciar el arte de Benigno Montoya, el de Culturas Populares, el de Arte Sacro o el Masco Regional “La Casa del Aguacate”.
Así como también, te encantará visitar el Bebe leche Museo interactivo, en espacio educativo donde niños y grandes aprenden jugando.
Gastronomía y excelente mezcal
Diversos restaurantes, se mezclan con ambiente y deliciosos platillos, degusta desde los platillos típicos: caldillo durangueño, a base de chile pasado y carne de res: las gorditas rellenas de picadillo, requesón o rajas; la discada, y por qué no, una barbacoa de olla, asado de venado, en queso asadero flameado con rajas, así como una gran variedad en cocina internacional.
A la hora del postre te sobraran opciones: conservas de higo, membrillo y durazno, la tradicional nieve de garrafa o los típicos dulces de almendra y de nuez.
Para los que buscan más
Y por si eso fuera poco, si te adentras en este bello estado, puedes pasar de un viaje cultural a un viaje de aventura por la maravillosa Sierra Madre, los alrededores de Durango son un paraíso para practicar ecoturismo y deportes extremos.