El antiguo encanto de Portugal

Portugal es una gran ventana abierta al mar. Como por un lado tiene a España y por el otro al Océano Atlántico. Así, sus osados navegantes descubrieron nuevos archipiélagos y continentes, recorrieron el mundo trazándo las rutas marítimas entre Europa y Asia, y conquistando tierras nuevas.


En Portugal todo habla del mar. Lisboa y su puerto, Nazaré y sus pescadores, la brisa marina y las frescas noches. También Portugal habla de sus conquistas: aquí está presente África en sus callejuelas, Asia en sus porcelanas, el Amazonia en sus maderas, el Mediterráneo en sus olivares, y hasta el árbol más común en Portugal es un eucalipto, que vino de Australia. El país ofrece una diversidad sin fin, y su glorioso pasado le concede una gracia nostálgica, que se hace patente en sus bellos fados, la canción típica portuguesa.


Histórica puerta de Europa



Portugal ocupa una pequeña porción (15%) de la Península Ibérica, y la parte más occidental del continente europeo. Con un área de 92.931 km2 (que incluye, entre otras, las islas Madeira y Azores) y 10 millones de habitantes, ofrece un sol generoso, 850 km de playas, pueblos pesqueros y hermosos campos de golf.

El nombre Portugal nace de Portus Cale, y era un poblado prerromano del siglo II d. C. ubicado a orillas del río Duero. Cuando el conquistador romano Julio Cesar se adueñó del territorio en el año 61 a. C., se llamá Lusitania. En 1139 pasó a ser el reino de Portugal, que llego a convertirse en gran potencia naval en los siglos XV y XVI, conquistando islas en el Atlántico, territorios en Brasil, y llegando hasta la India, China y Japón.


En Portugal han florecido la literatura, arquitectura, escultura, pintura y artesanía. En la actualidad, su población es mayormente rural, y en sus magníficos campos se cosecha la uva del famoso vino de Oporto, tan tradicional en sus típicos adegas o restaurantes, donde también se canta el fado.


Lisboa antigua



Lisboa, la capital portuguesa, fue fundada por los fenicios 2000 años antes de Cristo, aunque según la leyenda, fue Ulises quien la fundó (y se sabe que los griegos comerciaban en estos mares y anclaban en sus puertos). Después, los romanos hicieron aquí fortalezas y caminos, teatros y baños públicos: los godos también In fortificaron, los moros la embellecieron, y al fin, los cristianos la conquistaron.


Hoy, al visitarla te das cuenta de por qué todos la codiciaban; Lisboa es una ciudad luminosa, abierta al mar, cuajada de jardines y flores.


Hay pocas vistas más bellas que, Lisboa, admirada desde el Tajo, al atardecer; puente de suspensión que cruza el río es enorme y espectacular. Visita el inmenso Monasterio de los Jerónimos, bello ejemplo de arquitectura manuelina.


Desde Lisboa, aventúrate en excursiones a sus alrededores. Descubre su "Costa soleada” y sus playas Estoril y Cascais, con casino, bellas villas y mansiones, muchas hoy hoteles.


Clima



Inviernos húmedos y veranos secos, la temperatura media es de 20°C.

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