No hay que ser malagradecido pues el agradecimiento es más que un simple valor, ya que hay muchos estudios que confirman lo bueno que es, obviamente la práctica lo confirma. En cambio ser mal agradecido también va más allá de los buenos modales. En ambos casos se trata de algo que somos como personas, veamos.

Consecuencias de ser mal agradecido:

• Difícilmente alguien querrá ayudarnos o seguir ayudándonos. También puede pasar que definitivamente nos cierren las puertas.
• Acarrea sufrimiento mental. Piénsenlo bien, no agradecer equivale a tener el sentimiento de que nos merecemos todo y que tiene que ser según nuestra voluntad.
• Caer en desilusiones es fácil al ser mal agradecido, debido a que cualquier expectativa no alcanzada supondrá una decepción. Y esto a su vez crea automáticamente la arrogancia, y si no es arrogancia entonces es falta de educación y de valores.
• No es bien visto por los demás. Una característica de una buena persona es que siempre sabe agradecer.
• Ser malagradecido causa más oscuridad en nuestras vidas, el ser genuinamente agradecido origina luz y vida para todos: crea una buena vibra, un buen ambiente, alegría, etc.
• Evidentemente no se observa lo bueno de la vida, la generosidad de los demás, ni el esfuerzo de alguien, ni nada de nada. Mientras que la gratitud literalmente permite ver la parte buena de cualquier aspecto en la vida que vivimos e interactuamos.
• Si a la ingratitud o el ser mal agradecido le sumamos la queja entonces se vuelve peor, las dificultades y problemas abundan aún más.
• La raíz de un hijo mal criado, ingrato, malo, etc. principalmente es por ser mal agradecido. El agradecimiento salvo de esto.

Por tanto lo mejor que se puede hacer es ser agradecido a quien se debe agradecer, está comprobado que alguien desde niño o alguien que comienza a agradecer y que además aprecia todo en la vida será una buena persona y tendrá más posibilidades de éxito.