Para una persona imprudente es bueno pensar bien las cosas antes de externarlas, porque no todo el tiempo va a salir bien librado, pensar las cosas a futuro es el mejor consejo para una persona que le gusta comportarse de manera poco racional. Porque en términos muy generales, a nadie le agrada una persona que se distinga por ser un cretino.
"La peor imprudencia es cometer deliberadamente una falta sabiendo su consecuencia, el querer seguir el juego trae problemas, muchas veces serios…"
Algunos consejos prácticos para quien gusta de no usar la prudencia:

- Hay un momento y lugar para todo, las bromas pesadas en un momento serio no serán nunca bien recibidas.
- Las risas son agradables, pero a nadie le gusta que se rían en su cara a modo de burla.
- Los comentarios burlones, destructivos y sarcásticos deben quedarse reservados, nadie tolera comentarios de esta índole.
- Ser formal y correcto en su trato con los demás indica educación, lo cual no quiere decir ser ceremonioso.
- En el trabajo se encuentra uno bajo las órdenes de un superior, el desacato imprudencial de ordenes traen como consecuencia una sanción o el despido.
- En la escuela querer ser popular no quiere decir hablar mal de los demás, hacer chistes de los profesores o condiscípulos acarrea reportes y enemistades.
- La peor imprudencia es cometer deliberadamente una falta sabiendo su consecuencia, el querer seguir el juego trae problemas, muchas veces serios.
- Así pues, la imprudencia se puede presentar en otros muchos aspectos en la vida, como al manejar, comer algo caducado, no tratar una enfermedad… o hasta en algo tan sencillo como sacarse una selfie en un lugar peligroso o en el momento inoportuno.
La prudencia como medio idóneo de madurez
Cuando uno es joven comete cantidad de disparates, pero gracias a la formación personal de cada quien es capaz de controlar esos impulsos de locura juvenil a fin que no repercuta negativamente en su vida adulta.