Jugar es importante en los niños, jóvenes y personas de todas las edades, de eso no hay quien discuta lo contrario, pero cuando se juegue debe ser un juego limpio, no pesado ni sucio. Es verdad que a veces chocamos, por accidente lastimamos a alguien o pasa algo parecido, pero no es lo mismo algo accidental a que adrede hagamos el mal a los demás en cualquier tipo de juego. Y el colmo es cuando los familiares o padres del que juega pesado hasta se sienten orgullosos porque se comporta de esa manera pesada. Eso es algo reprobable.
¿Qué es jugar pesado?

También es verdad que hay juegos en los que hay que añadirle intensidad, ganas y dedicación, pero eso no significa que debes jugar pesado, no hay que confundir las cosas.
Consecuencias y riesgos de jugar pesado:
- Puedes lastimar o herir a alguien.
- Van a hablar mal de ti y de tu familia.
- Ya nadie va querer jugar contigo porque te conocen como eres.
- Las cosas materiales pueden salir dañadas, rotas o totalmente destruidas.
- Puedes meter en problemas a tus padres, alguien de la familia o a un amigo.
- Si juegas así en la escuela te van a regañar o inclusive mandaran a traer a tus papás a la dirección.
- Si juegas así con tus vecinos o familia, casi nadie va querer llamarte a jugar, porque juegas feo.
- No debes fomentar ni jugar pesado porque muchas veces y casi siempre el que inicia no se aguanta cuando se la “aplican” a él.
- Cuando ya son grandes pueden buscar venganza de otras formas. O sea que la situación se pone aún más fea.
- Ya sea en niños o personas grandes se pierden amigos y la confianza de los demás.
Si los padres no corrigen el comportamiento de su hijo están consintiéndolo, pudiendo a largo plazo volverse más violento, generador de bullying y de problemas. Lo que se necesita son buenas personas para esta sociedad, en cada familia, así que a fomentar el respeto, el juego limpio, el juego saludable y a corregir ese comportamiento tanto en pequeños como en personas grandes.