Cierto día suplicaba al águila una tortuga que le enseñase a volar; y aunque aquella le decía que nada era tan contrario a su naturaleza como esta pretensión, la tortuga instaba con tales ruegos y razones, que su amiga accedió al cabo de la solicitud.
"De un modo análogo se estrella todo el que quiere hacer alguna cosa para la cual le faltan los dones naturales"