Fábula de la lechera y el cántaro de Samaniego

Una muchacha muy feliz caminaba con un cántaro de leche para vender en el mercado de su pueblo. Y mientras iba caminando, comenzó a sacar cuentas y soñaba:


Cuál es la moraleja de la fábula de la lechera

Cuál es la moraleja de la fábula de la lechera
Con el dinero que gane de la leche me podre comprar una cesta de huevos. Los huevos los pondré a incubar y entonces tendré cuatro docenas de pollos.


Los pollos crecen rápido y los venderé. Con ese dinero ganado me compraré un pequeño cerdito. Le voy a dar de comer muy bien, se pondrá gordo y muy rosado. Podre venderlo y me compraré... ¡una ternera!


Venderé la ternera y me podre comprar un hermoso vestido de mis colores favoritos con el que iré a pasear al pueblo y todos los muchachos me mirarán y querrán que yo sea su novia. Y yo moveré la cabeza muy orgullosa. Así."


Y la lechera meneó la cabeza, así, y el cántaro de leche brincó y se destrozó.


Adiós, leche hasta la vista huevos, hasta luego pollos, adiós cerdo y... adiós ternera, pensó, muy triste, la lechera.


Moraleja:
"No te precipites a contar los pollos antes de que estos hayan nacido, debes trabajar y ser paciente"

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