Se cuenta que alguna vez la ciudad de Tebas habitó alarmada por un ser temible que allí vivía llamado la Esfinge. La Esfinge era un monstruo muy aterrador que asolaba un camino que allá se encontraba y nadie absolutamente nadie se atrevía a caminar por ese lugar.
En la parte inferior de su cuerpo era semejante como un león, pues contaba con cuatro patas y su cola de león y en la parte superior tenía cabeza y pecho de mujer. La Esfinge poseía alas como de un águila.
La leyenda nos dice que Edipo, que fue muy valiente muy valeroso, se alentó a pasar por aquel camino dominado por la Esfinge. Al momento se le apareció La Esfinge que le hizo la siguiente pregunta:
¿A qué animal me refiero cuando digo que por la mañana anda en cuatro patas, al medio día en dos y a la noche en tres?
Edipo, le respondió muy seguro de sí mismo:
La respuesta correcta es el hombre a quién te refieres, en su niñez camina en cuatro patas, cuando ya es adulto, se para erguido y finalmente en su vejez se apoya con un bastón. La Esfinge se sintió tan lastimada e incluso humillada en su amor propio, puesto que alguien había conseguido dar la respuesta correcta que al momento se arrojó hacia el precipicio y allá murió.
El mito de la esfinge en mitologías griegas
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El mito de la esfinge en mitologías griegas