La comunicación agresiva se basa en la creencia de que las necesidades y deseos están por encima de las de otros, por lo que se defienden de manera impositiva con las siguientes características:
• Se intentan conseguir a cualquier precio, incluso si eso supone transgredir normas éticas y vulnerar los derechos de los demás.
• Se trata, en último término, de hacer a los otros más débiles y menos capaces de expresar y defender sus derechos y necesidades.
• Sin embargo, en la persona agresiva pueden surgir sentimientos de culpa, y sus víctimas suelen acabar, tarde o temprano, por sentir resentimiento y por evitar al transgresor.
Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conducta son siempre negativas.