Un corderillo sediento bebía en un arroyuelo. Llegó en esto un lobo pendenciero y le dijo malhumorado al corderillo:
¿Cómo te atreves a enturbiar el agua?
No te irrites lobo, considera que estoy bebiendo en esta corriente veinte pasos más abajo y mal puedo enturbiar el agua.
Pero gritó ferozmente el animal:
¡La enturbias! Y me consta que el año pasado hablaste mal de mí.
Pero alegó el pobre corderillo:
¿Cómo había de hablar mal si todavía no nacía?
Replicó el lobo:
Si no eras tú, era tu hermano.
Contestó el cordero:
No tengo hermanos señor lobo.
Insistió el lobo:
Pues sería alguno de los tuyos, porque me tienen mala voluntad todos ustedes, sus pastores y sus perros. Lo sé de buena tinta, y tengo que vengarme.
Contestó el cordero:
¿Por qué conmigo que nada he hecho?
Contestó el lobo:
Porque ya me aburrí de que discutas conmigo. Yo siempre tengo la razón.
Y dicho esto, el lobo se lanzó sobre el corderillo, lo llevó al fondo del bosque y selo comió, sin más ni más.
Fábula del lobo y el cordero con moraleja
"La prudencia es la defensa de débiles ante la maldad del más fuerte. Mejor es no discutir con quien. Cree tener siempre la razón"
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