En un atolladero el carro se atascó de Juan Regaña; él a nada se mueve ni se amaña, pero jura muy bien. ¡Gran carretero!
Aligera la carga, ceja un tanto, quita ahora ese canto.
El carretero dice:
¿Ésta?
Hércules responde:
Si.
El carretero contesta:
Ya lo hice.
Hércules le dice:
Pues enarbola el látigo, y con eso pues a caminar.
De esta manera, arreando a la Molina y la Roncera, salió Juan con su carro del suceso.
"Si haces lo que estuviere de tu parte pide al cielo favor, y ha de ayudarte"