Fábula de la cogujada y su moraleja

Cierto día una cogujada por hurtar unos cuantos granos de trigo cayó presa. Al verse presa en artero lazo una inocente cogujada, se dolía de este modo:


¡Mísera de mí, que no habiendo hurtado ni oro, ni plata, ni diamantes, sino un granillo de trigo, me veo en la horca!


Pues solo unos cuantos granillos de trigo la había costado la vida.


"Y es que delitos son proporcionados a la capacidad del que los comete"

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