El no gastar por encima de lo que se gana, ni endeudarse serán los principios para llevar una administración excelente.
Una vez endeudado, todo lo que se gane deberá utilizarse una parte, a veces pequeña, a veces considerable para pagar dicha deuda contraída, no es necesario llegar a esto, si se quita de raíz la mala costumbre de gastar mucho y evitar deudas, se puede gozar del dinero obtenido como si fuera un gran tesoro, al final de cuentas es eso.
No gastar más de lo que se gana:
• Resulta ilógico el observar la poca entrada de capital a las arcas personales, y encima de eso gastar más dinero de lo que se tiene, es como rascar un hoyo en la tierra, y taparlo con la tierra de otro hoyo, dejando aquel al descubierto, de tan burdo ejemplo se puede entender lo absurdo de gastar más de lo que se gana.
• Se debe hacer un balance exacto, entre lo que se gana, lo que se gasta, y lo que se necesita, así se puede observar si el ingreso es suficiente o se necesita obtener mayor recurso, a través de nuevas fuentes de trabajo.
• Dividiendo de manera diligente el ingreso, el gasto, inversiones y ahorro, se puede contar con dinero suficiente sin que se necesite pedir prestado.
Procurar no endeudarse:
• Es permisible solo si dicha deuda servirá para generar más ingresos, incluso por encima del monto de lo prestado, pero si solo sirve para salir al paso por falta de entradas de dinero, lo mejor es redoblar esfuerzos y buscar una actividad más redituable.
• Si la deuda se encuentra a plazos, lo mejor es cumplir puntualmente con los pagos correspondientes.
• Nunca endeudarse a rédito, pues esto significara pagar más dinero de lo solicitado, en perjuicio de la economía del deudor.
• El endeudarse para cubrir gastos es como tapar un hoyo con la tierra de otro, en pocas palabras es desesperante, lo mejor es no pedir dinero alguno, es mejor y se vive más tranquilo.