Se puede celebrar de manera discreta o abierta, pero siempre con prudencia y cuidando que el festejo no rebase el motivo a celebrar.
Y es que una celebración, sea cual fuere el motivo, es ocasión para contentarse con lo que tiene, y alegrarse por el resultado obtenido, así que excederse por la euforia, molestar a terceros o sencillamente meterse en problemas, serán factores a rehuir.
Algunos motivos para celebrar:

•Reconocimiento en el trabajo: se puede tratar de la obtención del puesto mismo, un ascenso laboral, y el incremento del salario los motivos para realizar una gran celebración con la familia, compañeros del trabajo y amigos, pues el simple hecho de contar con un trabajo es un verdadero logro.
•Cumpleaños familiar: no podían quedar exentos los onomásticos, tanto personal como de los integrantes de la familia para realizar una fiesta en honor a quien cumple un año más de vida, no importa la distancia ni el tiempo, una familia siempre se acuerda del cumpleaños de alguno de sus integrantes y lo celebra ruidosamente, y no es para menos.
•Compromiso matrimonial: verdaderamente para una persona el comprometerse con el ser amado es señal de alegría, porque no es de todos los días sentirse enamorado y además departir con el ser querido, sin duda esta es una celebración muy personal pero muy agradable.
•Inauguración de un negocio: aquí la celebración está llena de una aire de esperanza, porque se espera que el negocio emprendido sea prospero, pero el simple hecho de contar con la presencia de familiares y amigos apoyando es siempre gratificante.