Es muy probable que hayas perdido la cuenta de las veces en que tus padres o tus hermanos mayores estuvieron allí, precisamente en el momento justo, para salvarte de un atolladero, de una golpiza o de un abuso de otra persona.
Quizá también la mayoría de las veces te ocurrió que te quedaste con los golpes o perdiste tu juguete preferido, pues no supiste o no pudiste defenderte por ti mismo.
Esto resulta natural, pues es bien sabido que el pez grande se come al chico, lo cual no resulta diferente en cuanto a las personas.
No faltan los grandulones o bravucones que se aprovechan de la inocencia de los menores para abusar de ellos, golpeándolos, amenazándolos o quitándoles sus pertenencias sin que puedan hacer nada para evitarlo.
Si por fortuna, mamá se encuentra a un grito de distancia, es probable que el niño salga bien librado de la situación, pero si por desgracia, esto no ocurre así, entonces el resultado será desastroso.
Poco a poco, mamá y papá, al conocer los hechos irán intentando hacernos comprender un hecho definitivo en la vida: No siempre estarán a nuestro lado para defendernos.
Ante problemas como estos hubiera sido mejor no estar sobre la faz de la tierra, sin embargo lo estás y para resolverlos se necesita destreza y pericia para solucionarlos, no necesariamente te va ayudar tu papá o mamá, toda solución depende de ti.
Independizarse de los padres de forma natural
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