El envió de regalos o cartas recurrentes, las visitas inesperadas en el lugar de trabajo y las llamadas telefónicas incesantes son algunas muestras de las actitudes posesivas, cuyas raíces se encuentran en la idea de la fusión de la pareja, que considera que mientras mas unidos se encuentren, el amor se nutrirá mejor.
La conducta posesiva se basa en el temor al abandono o la perdida afectiva. En el fondo, hay miedo a no ser amado y quedarse solo.