El noviazgo es una etapa hermosa y mágica de nuestras vidas, tanto así que las muchachas y muchachos sueñan y anhelan verse nuevamente después de prácticamente haberse visto. Y por supuesto que todos queremos que toda la vida continúe este sueño hermoso, esta relación, y hacer de lo cotidiano la continuación de este sueño.
Así que ¿es malo querer estar todo el tiempo con mi novio? ¿por qué quiero y siento la necesidad de estar con mi novio? Debe entenderse que estar todo tiempo con el novio es pasar todo el día y la tarde con él, pues si también fuese en la noche ya no serían novios.
El sabor del noviazgo es la emoción de volverse a ver, de platicarse cómo les fue a cada uno, de tener paciencia, esperarse, alegrarse el uno con el otro, etc., eso es amor. Y estando todo el tiempo juntos nada de esto sucede…
¿Es malo querer estar todo el tiempo con mi novio?

- Técnicamente sí.
- ¿Por qué? Porque es sabido que las personas jóvenes (y más en estos tiempos) en su condición de novios se gustan el uno al otro y se aprecian (se supone que así es), pero también (aquí está el pero) se desean (y eso es normal, nada fuera de lo normal). Entonces es real que habrá un momento a solas y eso exponencialmente aumenta las probabilidades de que “algo más ocurra”, bastara para ir más allá de un sano noviazgo y tener relaciones fuera de matrimonio (u otras cosas que se han visto en los noticieros).
- ¿Exagerado? Para nada. Es importante y bueno tener una sociedad y familias moralmente sanas y rectas.
Además, el sabor del noviazgo es la emoción de volverse a ver, de platicarse cómo les fue a cada uno, de tener paciencia, esperarse, alegrarse el uno con el otro, etc., eso es amor. Y estando todo el tiempo juntos nada de esto sucede (el amor suele confundirse con “calentura”). Si ya sienten que no aguantan las ganas de estar separados pues tan sencillo que casarse (aunque no es recomendable hacerlo apresurados).
Por favor sean honestos y no digan que se aman mucho cuando están esperando (y tienen la intención) de solo tener relaciones en la mayor medida que se pueda.
Es linda la emoción, las ganas y la fuerza de estar siempre con él o con ella, pero no se debe pasar el límite de lo bueno (la paciencia de verse otra vez, de respetarse, de conocerse, de escucharse, de comprenderse, de no presionar, etc.). Cada uno debería sentir (y de hecho tiene) la responsabilidad de ser buena persona, personas respetables, pacientes, alegres, honestas y ser verdaderamente seres humanos. El buen comportamiento y el desarrollar esas cualidades son ideales para dar el ejemplo a la generación que sigue. Es fortalecernos como personas y sociedad, no ir en detrimento al “darle rienda suelta a los instintos” y después confundirlo que eso es lo normal “el amor actual”.