Con excepción de las aves y de los mamíferos, todas las otras familias del reino animal son de sangre fría.
¿Al decir que son de sangre fría se quiere decir que tienen una temperatura baja?
• De ninguna manera. Al decir “animales de sangre fría”, se indica que en esos animales la temperatura del cuerpo se modifica para igualarse a la temperatura del medio ambiente en el que viven dichos animales.
¿Cómo se regula la temperatura?
Tanto los mamíferos como las aves tienen un órgano especial, situado en el cerebro, que les sirve para regular la producción de calor para todo su organismo:
• Por ejemplo, si una ráfaga de aire frío llega hasta su piel, los nervios transmiten la sensación de frío a la médula espinal que, a su vez, envía la información al cerebro; el órgano especial situado en el cerebro manda el impulso a los músculos que, al contraerse, provocan el erizamiento de los pelos o de las plumas, y la contracción de los vasos sanguíneos, con lo que aumenta el flujo de la sangre a la superficie de la piel, donde se encuentran los pelos o las plumas.
• Esta es la razón por la que muchas veces vemos a los animales en invierno con el pelo o con el plumaje erizados, ya que asi se defienden mejor del frío.
• A los animales de sangre caliente que habitan en climas fríos, la naturaleza los ha protegido con un ingenioso mecanismo de defensa. Como en invierno no podrían proporcionarse alimento abundante para obtener las calorías que una actividad intensa les exigiría, se retiran a sus guaridas, su actividad se reduce al mínimo y esperan la primavera para reanudar su vida ordinaria.
• En el caso de los animales de sangre fría no encontramos este órgano regulador de la temperatura y por esto decimos que cambian o se acomodan al ambiente en el cual se desarrollan o viven.
• En una palabra, los mamíferos y las aves, llamados animales de sangre caliente, al contrario de todos los otros, reaccionan ante la temperatura externa, y son capaces de mantener, casi constante, la temperatura de su propio cuerpo.
Los animales de sangre fría no regulan su temperatura:
• En cambio, los animales de sangre fría, que no disponen de ese complicado mecanismo nervioso para regular la temperatura, viven a merced de las condiciones climáticas de las estaciones y son víctimas del calor o del frío excesivo.
• Si una rana o una serpiente, viven en un medio ambiente donde la temperatura es de 20°c y se van a otro lugar donde la temperatura es de 10°c, sus funciones vitales disminuyen rápidamente, lo mismo que sus movimientos, durante un periodo de más o menos cinco minutos, hasta que su propia temperatura corporal haya descendido a 10°c.
• Con esto se explica que el frío límite las actividades esenciales de estos animales y que, muchas veces, los rigores del invierno determinen en ellos ese estado característico de semisomnolencia que se llama letargo.