El arte de ser divertido. Se necesita mucho ingenio, demasiado, mucho sentido común, ángel personal, y sobre todo, y aunque suene paradójico, parecer formal para que el ingenio fluya.
No es necesario contar con una gran producción sino se cuenta con el ingrediente esencial: el ser gracioso.
Para muchos les resulta más fácil tomar los chistes y gags de algún otro, antes que inventar los suyos propios, y en el peor de los casos, solo recurren a majaderías para hacer reír al público, lo cual hace caer el género a solo una expresión vil de lo marginal.
Algunos criterios breves para ser gracioso:

No cualquiera puede ser gracioso, pero si cualquiera puede reír, el arte de hacer reír es algo que ya se trae en la sangre, y no se aprende de un día para otro, todos los comediantes que en algún momento han hecho reír, y olvidar sus problemas a la gente lo han hecho a base de esfuerzo y dedicación.
A grosso modo, la comedia comenzó en los lugares más insospechados, como en los eventos callejeros de los distintos pueblos del mundo, de ahí paso a los teatros, posteriormente al cine, luego a la televisión, para finalizar en el internet.
El recorrido que hizo desde los niveles más bajos de la vida hasta llegar a las esferas más altas es impresionante, algunos nombres saltaron a la fama internacional en un abrir y cerrar de ojos, o son simplemente la demostración fehaciente que ser gracioso es un verdadero arte.
Algunos nombres notables son:
• Charles Chaplin “Charlotte”.
• Marcel Marceau.
• Cary Grant.
• Mario Moreno “Cantinflas”.
• Les Luthiers.