Seguro que has escuchado “el afán por hacer las cosas”. Debemos comenzar con definir qué es el afán para poder entender claramente el tema. El afán es un deseo, pretensión, anhelo o interés potente que impulsa a hacer una cosa. Tomemos en cuenta que en el afán cuenta mucho la intención, ¿cuál es tu intención de hacer las cosas? ¿por qué haces lo que haces? ¿por qué afanarse?

Se puede aplicar en muchos casos cotidianos, por ejemplo:

• “Él tiene un afán de lucro”.
• “Ella estudia con afán”.

¿Es bueno o es malo afanarse?

Por la definición se puede pensar que definitivamente es malo, pero la respuesta también puede ser ambas cosas, lo importante es aprender a no convertir el afán en algo completamente malo. Pues es obvio que no todas las cosas del mundo son malas. Veamos pues:

• Para entenderlo un poco mejor utilicemos un ejemplo, un coche circula en la autopista hacia su destino a una velocidad de 90k/h en su carril y con su conductor completamente en sus cinco sentidos deseando convivir con su familia después de no hacerlo durante un largo tiempo. ¿Qué hay de raro o malo en esto? Nada, cualquiera aprobaría que manejar así e ir es bueno.
• ¿Y cuándo se vuelve malo ir al mismo destino? Ir en el mismo coche a 160k/h, ir rebasando a todo mundo, invadir el carril contrario y por si faltara algo, ir estresado, borracho, con deseos de pelear o en alguna condición semejante. En este caso cualquiera estaría de acuerdo que es sumamente peligroso ese viaje.
• Entonces pasa lo mismo con el afán, puede ser bueno solo al principio porque te ayuda a despertar, a levantarte y a moverte a hacer algo. Y eso es bueno y por eso existe el afán.
• Pero si tu afán lo llevas más allá se vuelve malo, cuando te sales de los límites. ¿Cuáles son los límites? Que si comenzaste algo, por ejemplo para hacer lucro y no te funcionan las cosas, y en lugar de aprender la paciencia, la perseverancia, el esfuerzo, la colaboración, etc. se te ocurre robar, defraudar, engañar, dañar, etc. entonces tu afán es completamente malo, tanto para ti como para otras personas.
• Otro ejemplo: si ella estudia con afán para lograr terminar su carrera académica es bueno porque quiere salir adelante en la vida. Y eso le ayuda a estudiar con dedicación, esforzarse, concentrarse, etc. Pero se vuelve malo cuando soborna para aprobar los exámenes, roba y copia, y lo peor, una vez terminada la carrera subestima a los demás, se vuelve arrogante, etc. definitivamente fue malo su afán, a no ser que lo corrija.

El afán existe para que desarrolles la confianza, la templanza e inclusive la fe. El afán existe para que elijas que actitud tomar, si el camino de la ira, de los disgustos, del estrés, etc. o el camino de la perseverancia, el aprendizaje, el esfuerzo, la fe e inclusive la bondad.

Del afán se puede aprender mucho, diríamos: “comencé afanándome demasiado (preocuparse, privarse, exagerando, etc.) pero he aprendido tantas cosas buenas (confianza, fe, tranquilidad, firmeza, voluntad, etc.) sin afanarme innecesariamente”.