Un hombre de cierto lugar tenía una gallina que cada día le ponía un huevo de oro, y pretendiendo encontrar en las entrañas de tan productiva ave una gran cantidad del codiciado metal, la mató; pero, al abrirla, tuvo el desengaño de hallar que, por dentro, era totalmente igual a las demás gallinas.
"Es conveniente estar contentos con lo que se tiene, y huir de la insaciable codicia"