El tema que hoy nos ocupa es saber en qué consiste el problema de la dislexia, sus síntomas y su tratamiento. Respecto a su patogenia, las investigaciones se basan en la presencia de una alteración de los complejos mecanismos del aprendizaje de la lectura y, en particular, en la presencia de trastornos perceptivos, de alteraciones del lenguaje, de una desorganización temporo-espacial y de trastornos afectivos.
¿A qué se le denomina dislexia?
Se le llama dislexia a la dificultad para aprender a leer, cuya característica es la confusión y la inversión de ciertas letras. A menudo se asocia a la disortografía, que consiste en la dificultad para aprender la ortografía.
Síntomas
La dislexia se manifiesta con características originales, como una dificultad para reconocer letras aisladas de aspecto similar sobre el plano gráfico (m y n; d y b; p y q) o fonético (f y v; t y d); pero lo que resulta más difícil es reconocer grupos de dos o tres letras. Frente a una silaba o a un grupo de letras el niño duda largo tiempo; intenta leer, pero a menudo invierte el orden de las letras (lee ra en lugar de ar) y, en definitiva, no logra leer correctamente.
Es cierto que estas dificultades se pueden observar también en el niño normal que aprende a leer; pero, en este caso, la dificultad dura tan solo algunas semanas, o, como máximo, algunos meses. A menudo el trastorno no es aún por completo evidente hacia los 6 años; pero a los 8-9 años el niño disléxico no ha superado todavía el estadio silábico.
Simultáneamente, se pone de manifiesto la dificultad del niño para escribir; escribe tal cual lee, confundiendo la forma de las letras y su sucesión y, por lo tanto, hace inversiones o transposiciones de las mismas. El niño puede llegar incluso a cometer inversiones sobre el plano vertical y escribir de izquierda a derecha o viceversa, demostrando así su incapacidad para orientarse en el espacio.
La actitud de los familiares frente al niño disléxico puede ser perjudicial, tanto en el sentido de la hiperprotección como del rechazo; ambas actitudes deben ser evitadas, puesto que producen en un individuo ya trastornado un aumento de la angustia y una mayor tendencia al aislamiento.
El retraso escolar constituye la regla, pues el niño no logra ni leer ni escribir o lo hace mal, a pesar de todos sus esfuerzos. De ello deriva un desinterés escolar que lo expone a menudo a reprimendas del maestro.
En el niño disléxico son frecuentes, por lo tanto, trastornos de carácter del tipo de la inestabilidad emotiva, así como sentimientos de inferioridad, temor ante los contactos sociales y tendencia al aislamiento.
La individualización precoz del trastorno disléxico permite evitar situaciones molestas para el muchacho, ya que el trastorno es fundamentalmente reversible.
Tratamiento:
- El tratamiento se basa sobre todo en la reeducación ortofónica combinada con una reeducación psicomotriz, a fin de que el niño aprenda a asociar los símbolos visuales, auditivos y motores relacionados con la percepción de la palabra escrita y con la emisión de la misma.
- En casos particulares y persistentes puede ser necesario asociar un tratamiento psicoterápico.