Primero que nada debemos de entender el ¿Por qué regañar a los niños?, el objetivo es educarlo, que aprenda y rectificar. También se les regañan para que aprendan a que no pueden hacer lo que quieran y que existen normas que se deben de cumplir.
Hay quienes piensan que regañar a los niños puede causar y crear resentimientos, rencores sin embargo es necesario establecer límites y tratar de hacerlos entender que no todo lo que hacen está bien.
Regañarlos no significa desquitarnos o descargar nuestra ira con ellos, sino llamarles la atención con amor ¿Cómo? Si, regañarlos con amor, de este modo el niño logra comprender mejor la situación, que lo que damos a entender que lo que desaprobamos es su conducta, no al niño en sí, evitando insultar al niño y no golpearlos.
Hay ocasiones en que el niño hace berrinches y el colmo es tirarse al piso o hacer cosas como patalear, escupir y cosas así, en este caso es más que obvio que desaprobamos su conducta y con palabras muchas veces no entienden los niños, por lo que debemos de darle una corrección, a esto nos referimos a darle una nalgada, un cinturonazo o un varazo, no haciéndolo con coraje ni mucho menos descargando la ira en ellos, sino simplemente con firmeza. Y que el golpe sea en sus pompis, no en algún otro lado.
El objetivo no es golpearlo ni lastimarlo, sino más bien es que deje de hacer berrinches, basta con hacer que suene el golpe y entienda que no está bien lo que hace.
Por otro lado, si está mal regañarlos por lo que sea, por ejemplo no podemos regañarlos cuando tiran accidentalmente el agua o se ensucian cuando comen y cosas así, tampoco ellos no tienen la culpa de que nos hayan dejado mucho trabajo o que haya mucho tráfico, en estos casos los niños son totalmente ajenos a esos problemas y se siente tristes y su autoestima se debilita.
Debemos entender igual nosotros como padres, que una cosa es temor y otra es miedo, cuando los regañamos por lo que sea y en ocasionan se les castiga, los niños suelen tener miedo, porque los niños sienten miedo a que sus padres les peguen o les griten, ya no hacen las cosas por miedo en cambio cuando se les corrige de manera correcta, con amor, los niños aprenden a ser temerosos, es decir saben que lo que hacen está mal y que si lo hacen recibirán un castigo. Temor significa respeto.
Por último, debemos entender que la cuestión no es tanto, si es malo regañarlos sino, más bien es obligación nuestra saber educarlos y guiarlos, porque lo que los niños hacen, es el reflejo de nosotros mismos.