Las ninfas de la antigüedad eran misteriosas jovencitas que habitaban en los bosques y en los márgenes de los ríos.
Una de esas ninfas se llamaba Eco, y su diversión preferida era hacer bromas a sus compañeras. Le gustaba llamarlas a gritos, pidiéndoles auxilio, y cuando las ninfas acudían asustadas, Eco se echaba a reír.
Además, Eco hablaba mucho. Le gustaba tanto el sonido de su voz, que nunca podía quedarse callada. Nadie quería platicar con ella, pues constantemente los interrumpía para tomar la palabra.
Sus travesuras eran coda vez más frecuentes. En una ocasión, con su plática, distrajo a un pastor para que sus ovejas se le escaparan. Y ya conseguido su propósito, Eco se alejó riendo. Al principio sus compañeras también se divertían, pero como Eco repetía tanto as bromas pesadas, poco a poco dejaron de jugar con ella.
En una ocasión, la diosa Hera, reina del Olimpo, descendió al bosque, y Eco la molestó tanto con su inacabable parloteo, que la diosa decidió castigarla. De ahí en adelante, Eco no podría hablar sin que alguien le hubiera dirigido la palabra, y solo podría responder pero no comenzar una conversación. Eco, muy triste, se internó en lo más profundo del bosque para vivir sola sin que nadie pudiera verla. Un viajero contó que se había extraviado en el bosque y que se puso a gritar para que alguien lo ayudara. Entonces creyó oír una vocecita, y gritó más fuerte: ¡Ven aquí! Y la voz le respondió: ¡Aquí! ¿Dónde estás? Volvió a preguntar. ¡Estás! Le contestó la voz, ¡Déjame en paz! Gritó el viajero creyendo que se burlaban de él. ¡Paz! Dijo la voz, con acento de enojo. | |
El hombre ya no oyó nada más, y aunque buscó y rebuscó en la espesura, no encontró la menor huella de seres vivientes. La voz de Eco se continúa escuchando en lugares apartados, pero solo cuando se la llama. Si la llamada es amable, ella responde contenta, pero si se la llama con enojo, contesta con disgusto. A Eco le gusta jugar con los niños. Ellos la llaman a gritos y ella les contesta desde una quebrada. La siguen, pero Eco se va alejando más y más. Se podría dar vuelta a la Tierra sin alcanzarla nunca. No es que se burle o que no los quiera, sino que ahora le gusto la soledad. |
Este cuento estaba en mis libros de primaria...recordaba perfecto las ilustraciones pero no del todo el texto, les agradezco el que lo publiquen. ¡¡¡Mil gracias!!!
me parece una idea fabulosa para los niños
creo que es una buena historia que nos ha agradaddo y que hemos entendido