La comunicación agresiva se basa en la creencia de que las necesidades y deseos están por encima de las de otros, por lo que se defienden de manera impositiva con las siguientes características:

• Se intentan conseguir a cualquier precio, incluso si eso supone transgredir normas éticas y vulnerar los derechos de los demás.

• La agresión verbal puede incluir desde comentarios sarcásticos y murmuraciones rencorosas, hasta ofensas verbales, insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes.

• Se trata, en último término, de hacer a los otros más débiles y menos capaces de expresar y defender sus derechos y necesidades.

• Sin embargo, en la persona agresiva pueden surgir sentimientos de culpa, y sus víctimas suelen acabar, tarde o temprano, por sentir resentimiento y por evitar al transgresor.


Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conducta son siempre negativas.