Quisiera ser feliz y ser feliz es lo que todos queremos, ser felices todos los días es un reto diario. Es más fácil estar triste que estar feliz, es más, para estar triste no hay que hacer prácticamente nada, ya que con tantas adversidades o problemas cotidianos y los que se vienen es muy sencillo estar decaído. Si tú dices “me gustaría ser feliz” entonces vamos a pasar a la acción con los siguientes consejos.
Necesito estar feliz: Me gustaría ser feliz
El primer consejo que debes hacer caso es el que nos dicen los sabios: “estar siempre felices”, tómalo como ordenanza, mandamiento, deber o como quieras, pero tómalo, y grábalo muy bien dentro de ti. De lo contrario nunca podrás estar siempre alegre y feliz. Obviamente es beneficioso para quien lo pone en práctica, y lo lograrás porque lo lograrás:
- Tienes necesariamente que poner de tu parte: se fuerte para alejarte de la tristeza con todo tu poder.
- Oblígate a levantarte de donde estas: puedes moverte, jugar o bailar y cambiar tu “chip” del cerebro.
- Haz o mira algo que cause risa (excepto lo que dañe a alguien).
- Haz lo más importante: no permitas que tu lado que se inclina al mal solo te mienta y te recuerde las cosas que haces mal, aquello en que fallas para hundirte en el pozo de la desesperación. Deja de perseguirte a ti mismo, por ejemplo: “nadie me quiere”, “me siento mal porque no tengo esto o aquello”, “estoy feo(a)”, “solo hago daño”, etc.
- Aférrate muy fuerte a la alegría, pase lo que pase: así hallas hecho lo peor, no pierdas la esperanza. Rectifica en lo práctico lo que hallas hecho mal y continuo viviendo con alegría.
- Por eso si verdaderamente te urge ser feliz ten como insignia “estar siempre felices”, repítelo a diario y en todo momento “estar siempre felices”. Y piensa bien de ti mismo y de los demás. Ejemplos: “tengo mucho quehacer en la casa, pero eso es bueno porque hay cosas, y si hay cosas es porque tenemos para adquirirlas”, “tengo un pelo feo, pero eso que, estoy sano y puedo caminar, moverme y ver”, “mis hijos son muy inquietos, pero algunos ni hijos tienen o andan en malos pasos”, “no me dieron este trabajo, pero seguiré buscando, porque con voluntad y disposición se logran las cosas”, etc. Céntrate en tus puntos buenos y en los de los demás.
La alegría acarrea más alegría y la tristeza más tristeza. La alegría abre puertas, la tristeza las cierra. La alegría expande nuestra mente y nuestras capacidades, la tristeza las acorta. Aférrate fuerte a la alegría, donde reina la alegría auténtica hay paz entre los que ahí viven. Donde hay alegría se logra lo material y espiritual.