Un día, se encontraba el zorro caminando por el campo cuando de repente vio una vid con un bonito racimo de uvas. Colgaba en medio de las hojas y los granos se veían rosados y suaves como el terciopelo.
¡Qué uvas tan esplendidas! Deben estar deliciosas y frescas, dijo la zorra saboreándose. Como el racimo estaba alto, intentó conseguirlo alzándose sobre sus patas traseras. Pero, no puedo, estaba aun más alto todavía.
Entonces se le ocurrió y dio un pequeño impulso para saltar y nada. Saltó tres, cuatro veces, cada vez con más fuerza. Pero, no, no pudo conseguirlo, estaba más lejos todavía.
Entonces, moviéndose y dando la vuelta para continuar su camino, dijo, con mucho coraje: Pero porque quiero yo esas uvas tan verdes. Nunca es fácil reconocer los fracasos. Por eso solemos decir:
“Están verdes las uvas"
Fábula el zorro y las uvas verdes de Esopo
"cuando cualquiera habla mal de algo que no pudo alcanzarlo"
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Fábula el zorro y las uvas verdes de Esopo