Los niños vienen en tamaños, pesos y colores surtidos. Los encuentra donde quiera: encima, debajo, dentro, trepando, corriendo, saltando. Las mamás los adoran, las niñas los odian y las hermanas y hermanos mayores los toleran; los adultos los desconocen y el cielo los protege. Un niño es la verdad con la cara sucia, la sabiduría con el pelo desgreñado, la esperanza del futuro con una rana en el bolsillo.
Nadie más que él se levanta tan temprano, ni se sienta a comer tan tarde. Nadie puede embutirse en el bolsillo un cortaplumas oxidado, una fruta mordida, medio metro de cordel, un saquito de tabaco vacío, caramelos, seis monedas, una resortera, un trozo de sustancia desconocida y un auténtico anillo supersónico con un compartimento secreto.
Un niño es una criatura mágica; usted puede cerrarle la puerta del cuarto donde guarda las herramientas, pero no puede cerrarle la de su corazón; puede echarlo de su estudio, pero no puede echarlo de su pensamiento. Todo su poderío se rinde ante él. Es un carcelero, su amo, su jefe... él, un manojito de ruido, carita sucia; pero cuando usted llega a su casa por la noche, con sus esperanzas y ambiciones hechas pedazos, el puede remediarlo con dos palabras mágicas: ¡Hola papi!
Le gustan los dulces, las naranjas, las sierras, la Navidad, los libros con ilustraciones, el chico de los vecinos, el campo, el agua "en sus estados naturales", los animales grandes, papá, los trenes, los domingos por la mañana y los carros de bomberos.
Le desagradan las visitas, la doctrina, la escuela, los libros sin ilustraciones, las lecciones de música, las corbatas, los peluqueros, las muchachas, los abrigos, los adultos y la hora de acostarse.
Por favor me pueden dar el nombre del autor de la lectura. Mil gracias.
me encanta,la definicion perfecta