La vuelta al mundo en 80 días




Fileas Fogg vivía en Londres y todos los días iba al club Reforma para jugar cartas con sus amigos.

Cierta vez, mientras jugaban, un amigo de Fileas comentó que se había cometido un gran robo en el Banco de Inglaterra.

Se sospechaba de un ciudadano respetable, que poco antes del robo había ido al banco a retirar una buena suma de dinero; además, agrego el amigo de Fileas, el banco ofrecía una atractiva recompensa a quien capturara al ladrón.

Otro amigo comento que para el ladrón seria muy fácil trasladarse a otro país y evadir así a la justicia, pues en ese momento, en pleno año de 1872, los transportes experimentaban adelantos impresionantes.

Fileas Fogg asintió absolutamente convencido y comento que incluso se podía dar la vuelta al mundo en 80 días.

Ninguno de los asistentes le creyó. Entonces él aseguro que podía darle la vuelta al mundo en ese tiempo y apostó 20 mil libras. Todos aceptaron la apuesta y firmaron un convenio donde se establecía que Fileas Fogg debía partir esa misma tarde y estar de regreso en Londres el sábado 21 de diciembre, a las 8:45 de la noche.

En compañía de Paspartú, su asistente, Fileas Fogg comenzó el recorrido. Tomaron el tren rumbo a Paris, y de allí siguieron hasta el sur de Italia, donde se embarcaron en el vapor Mongolia. Cuando llegaron al canal de Suez, en Egipto, ya llevaban siete días de viaje.

En Suez, un detective, el señor Fix, esperaba a Fileas Fogg, porque sospechaba que este respetable ciudadano ingles era el ladrón del banco. Pero Fix no pudo confirmar nada y decidió embarcarse también en el Mongolia para no perder de vista a su sospechoso.

El vapor Mongolia entro al canal y se preparo para seguir directamente hasta la ciudad hindú de Bombay. Durante el viaje Fix no logro avanzar gran cosa en sus investigaciones, ya que Fileas Fogg casi no salía de su camarote, y Paspartú, que ignoraba casi todo lo referente a su patrón, no pudo responder a las insistentes preguntas del detective sobre la vida y costumbres del señor Fogg.

El barco de vapor navego por el canal de Suez, el Mar Rojo y el Mar Arábigo, y después de 11 días de viaje, en lugar de los 13 que Fileas Fogg habia calculado, llego a Bombay. Así, pues, Fileas disponía de dos días más por si ocurría algún imprevisto.

Apenas pusieron un pie en Bombay, Fileas y Paspartú fueron a la estación de trenes para salir rumbo a Calcuta. Fix había pedido una orden de arresto para detener a Fileas Fogg, pero la orden nunca llego de Inglaterra mientras los tres personajes permanecieron en Bombay, y el detective no tuvo mas remedio que seguir a su sospechoso y abordar también el tren a Calcuta.

Después de un día y medio de camino, el tren se detuvo a mitad de la selva y todos los pasajeros tuvieron que conseguir otro medio de transporte para llegar a la ciudad mas cercana, que distaba unos 70 kilómetros.

Unos alquilaron carrozas, otros camellos, burros o caballos. Fileas Fogg consiguió un elefante. Sabía que era el animal mas lento, pero también que con el podía atravesar sin problemas la espesa vegetación de la selva.

Cuando Fileas y Paspartú ya se habían acostumbrado a los tumbos del elefante, oyeron a la distancia llantos y quejas.

El rajá del lugar acababa de morir y, como era costumbre, un grupo de hindúes se disponían a cremarlo junto con su esposa, solo que ella aún estaba viva.

Fileas Fogg no podía creerlo, y como tenia dos días de reserva, decidió usarlos para tratar de salvar a la joven esposa del rajá. Así, Fileas y Paspartú esperaron hasta la madrugada, y apenas los hindúes arrojaron a la muchacha al fuego, Paspartú la rescató y rápidamente se internaron en la selva con ella.

La joven, que se llamaba Auda, contó su historia y agradeció que la hubieran salvado de la muerte. Con ella como nueva acompañante, Fileas y Paspartú llegaron a Calcuta, donde el señor Fix los estaba esperando. Les había tomado cuatro días cruzar la India en lugar de tres, como había calculado Fileas.

Además, ahora no solo debían continuar su viaje sino encontrar a los tíos de Auda, que según ella vivían en Hong Kong.

Tampoco en Calcuta pudo Fix arrestar a Fileas Fogg, porque aún no le llegaba de Inglaterra la orden para detenerlo. Así, Fix vio al sospechoso y sus amigos embarcarse y decidió hacer lo mismo. La travesía fue mala.

El viento y la lluvia retrasaron al navío, que al final, en lugar de 13, tardó 14 días en llegar al puerto de Hong Kong. Auda fue a buscar a sus dos tíos pero le comunicaron que se habían mudado a Holanda.

Fileas Fogg comprendió que no podía perder un minuto más y mandó a Paspartú a comprar tres boletos para viajar en el Carvatis, un gran buque que zarparía rumbo a San Francisco. Auda los acompañaría mientras no encontrara a sus parientes.

Fix, desesperado por verse impedido para detener a Fileas, decidió emborrachar a Paspartú para hacerlos perder el barco. Y así ocurrió. Cuando Paspartú se despertó, el Carvatis ya había partido. Sin embargo, Fileas Fogg, al que nada detenía, decidió alquilar un barco pequeño, pero muy veloz para llegar a la ciudad japonesa de Yokohama, donde podrían abordar el vapor General Grant. Debían darse prisa y no tardar más de seis días.

Cuando estaban a punto de zarpar de Hong Kong a Yokohama, los viajeros vieron a Fix en el muelle y lo invitaron a que fuera con ellos, sin imaginar que Fix era su perseguidor.

Así llegaron juntos a Yokohama, a tiempo para abordar el General Grant y continuar su viaje a San Francisco. Habían transcurrido exactamente los seis días previstos.

Una vez instalados en ese gran vapor, estaban seguros de llegar a San Francisco en 22 días. Y así fue.

Al llegar a San Francisco, Fileas Fogg pidió a Paspartú que comprara tres boletos de ferrocarril para salir lo más pronto posible rumbo a Nueva York.

A su vez, Fix se dirigió al consulado ingles, donde al fin había llegado la orden para arrestar a Fileas Fogg; pero la orden no era valida fuera del territorio ingles, y mientras estuvieran en los Estados Unidos no le serviría de nada; el detective decidió entonces continuar la persecución para atraparlo en cuanto llegara a Inglaterra.

Fileas Fogg calculó que el trayecto en tren de San Francisco a Nueva York duraría siete días y que llegarían a tiempo para tomar el barco que zarparía el 12 de diciembre rumbo a Liverpool.

Sin embargo, el invierno ya había comenzado y viajar por los Estados Unidos en esa época era muy aventurado; había que cruzar las montañas rocosas, donde la nieve no cesa de caer y las vías férreas muchas veces quedan completamente enterradas.

Cuando alcanzó la parte más alta de las montañas, el tren donde viajaban Fileas y sus acompañantes no pudo continuar y decidieron optar por otro medio de transporte.

Caminaron hasta la estación de Kearny. Cerca de allí vivía un extraño personaje que había ideado una especie de trineo de velas, con espacio para seis personas.

El grupo de Fileas Fogg se aventuro a viajar en el trineo y salieron disparados montaña abajo. En muy poco tiempo llegaron a la estación de Omaha, donde pudieron tomar el tren expreso que pasa por Chicago y continua hasta Nueva York.

Les quedaban justo nueve días para volver a Londres. Si hacían escala en Burdeos no llegarían a tiempo a Liverpool el sábado 21 para tomar el tren hacia Londres. Fileas Fogg, que en su juventud había sido un buen navegante, aprovecho que el capitán dormía para desviar el barco y finalmente llegar a tiempo a Liverpool. Con gran regocijo de los pasajeros y el enojo del capitán, finalmente los pasajeros desembarcaron en el puerto de Liverpool.

En el momento de pisar tierra inglesa, Fix se presentó ante Fileas Fogg y, mostrándole la orden de arresto, lo declaró prisionero. Fileas quedó sorprendido, pues nunca sospechó las intenciones del detective Fix.

Lo peor era que el tiempo transcurría y que cada minuto ponía en riesgo su llegada a Londres para ganar la apuesta.

Unas horas después apareció el jefe de policía y aseguró a Fix que el verdadero ladrón del Banco de Inglaterra había sido capturado tres días antes.

Fix ofreció una disculpa y los viajeros pudieron tomar un tren especial a Londres.

De acuerdo con los cálculos de Fileas Fogg, su arribo a Londres se efectuó exactamente el sábado 21 de diciembre, pero llegó a las 8:50... ¡Justo cinco minutos más tarde que lo convenido en la apuesta!

Fileas Fogg se dirigió tristemente a su casa acompañado de Auda y de Paspartú.

Al día siguiente Auda se dedicó a consolar a Fileas, y a pesar de la terrible situación, le confesó que estaba enamorada de él. Fileas Fogg le correspondió enseguida y se sintió recompensado de todos sus trabajos.

Inmediatamente le pidió a Paspartú que preparara todo para que el juez los casara al día siguiente. Paspartú obedeció Pero regresó muy pronto, pues al cumplir su encargo se dio cuenta de que habían llegado el viernes 20 y no el sábado 21, como ellos creían, ya que al viajar de poniente a oriente habían ganado un día debido a los cambios de horario. Fileas Fogg no había tenido esto en cuenta en sus cálculos.

Paspartú corrió a dar la noticia a los novios y juntos corrieron al club Reforma.

Eran las 8:40 de la noche. Les quedaban cinco minutos para cumplir con el plazo.

Fileas Fogg hizo su entrada triunfal al salón donde lo esperaban sus amigos.

No solo ganó la apuesta, sino que además tuvo el gusto de presentar a su prometida y de invitarlos a todos a la boda.

9 on "La vuelta al mundo en 80 días"

     
  1. Muchas gracias por este resumen, me ha ayudado mucho para un trabajo del colegio del 4ºprimaria de mi hija. Un saludo para todos.

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