Francisco está en la playa mirando las olas que rompen a sus pies. De pronto ve que la marea sube y sube.

Francisco piensa extrañado:

¡Qué raro! Ahora son tan solo las tres y otras veces sube a las siete.

En un momento el cielo se cubre de grandes nubarrones y un fuerte viento comienza a soplar. A lo lejos una gigantesca ola se levanta sobre el mar como una montaña y avanza veloz hacia la playa.

Francisco, aterrado, trata de huir, peso sus pies,hundidos en la arena, se niegan a correr. Temblando de miedo sin poder hacer nada, se acurruca en la arena y se tapa los ojos; no quiere ver la enorme ola que avanza para caer sobre el como una inmensa catarata.

Entonces Francisco grita dando manotazos al aire:
¡Socorro! ¡Me ahogo!

Entonces escucha una vocecita:
Paco, Paco! ¡Despierta, que soy yo!

Francisco abre los ojos. Su hermanita Rebeca está junto a él y acaba de echarle un cubo de agua para despertarle.

Sonriente Francisco le dice:
¿Te vienes a jugar con las olas? ¡Mira, cuántas hay!

Francisco le contesta:
¡No! ¡Prefiero leer!
Metiéndose bajo la sombrilla y tomando un libro se recuesta en la arena.