Tienes que reavivar tu entusiasmo y tomar en cuenta que así como no llegaste hasta este estado en un par de semanas, tampoco lograrás salir muy rápido, pero si te empeñas en ello lo lograrás.


Lo primero que debes de hacer es ponerte en actividad. Si, ya lo se: si tuvieras fuerzas y energía no estaría ser este problema, pero es la única manera de hacer que tu cuerpo y cerebro vuelvan a trabajar como de costumbre y que produzcan endorfinas, los neurotransmisores responsables de sentirse bien y alegre.


Así que aunque te cueste muchísimo trabajo busca algún tipo de ejercicio físico que te guste y practícalo, si no a diario, por lo menos un día si y uno no. Ve aumentando el tiempo y frecuencia que le dedicas hasta llegar a una hora de lunes a domingo. Salir a caminar a paso vigoroso (sin trotar) es excelente. Además de ejercitar músculos, te oxigenas y ves cosas de las que no te habías percatado.

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Delega

Tanto en el trabajo como en casa y con tus amigos. Tú no tienes que resolver todas las dificultades.

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Di que no

Si te piden hacer algo que no quieres realizar o que le exige demasiado a tu ya saturado horario, rehúsate sin sentirte culpable.

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Tómate unas vacaciones

(Sin laptop ni celular) lejos de casa y de la oficina. No son una pérdida de tiempo, sino una inversión porque volverás mas animado, con nuevas ideas y una reencontrada capacidad para realizar tus actividades.

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Trata de transformar el sentido de tus pensamientos y deshazte de toda la basura que has acumulado por tanto tiempo.

Es muy posible que en este periodo tiendas a la negatividad, así que dale la vuelta. Deja atrás prejuicios y paradigmas que solo te frenan para crear, para crecer y para convivir. Quizá un pensamiento recurrente sea que ya has perdido un tiempo valioso que nunca regresara. Dale la vuelta y considera que este tiempo ha sido valioso porque has aprendido la manera en la que no quieres seguir viviendo.

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Dale un cambio a tu imagen

En la medida en que te sientas mejor y te gustes más, lo reflejaras; además, siempre el cambio externo nos motiva para provocar cambios internos. No hay nada que agobie más a una persona que el no estar a gusto con su apariencia (gracias a esto los cirujanos plásticos han hecho fortunas). Se que piensas que los cambios reales y duraderos van de adentro hacia afuera y no al revés, pero en este caso, tenemos que vernos bien para creerlo.

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Ciertos alimentos

Son particularmente buenos para ayudarte a superar este agotamiento psíquico. Consume cereales naturales (no de caja), particularmente avena, ya que esta ayuda a conciliar el sueño y a reponer al organismo del desgaste físico y mental. El ginseng es un estimulante y tonificante que además ayuda a combatir el desgaste provocado por el estrés.

Los frutos secos contienen magnesio y cobre, dos minerales muy importantes para el buen funcionamiento cerebral y muy rico combinado con la avena. Y aliméntate con muchas ensaladas. Deja de pensar que no eres vaca y que solo son hierbas porque la realidad es que lo que contienen es justo lo que necesitas: vitaminas y minerales. Agrega legumbres rojas, aceite de olive y ajo.

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Realiza ejercicios

De relajación muscular y otórgate 15 minutos diarios para practicar la meditación. Además, vale la pena que te consientas con varios masajes, métete a un jacuzzi o al menos a una tina a la que agregues aceites aromáticos.


Si después de dos semanas no nota mejoría lo indicado es recurrir con un profesional en la materia (psicólogo, analista, terapeuta, psiquiatra),que te ayude a descubrir por qué te sientes así y a salir de este estado.