La época de los patriarcas

Los personajes del AT a quienes comúnmente se denomina “patriarcas” eran jefes de grupos familiares semi-nómadas que iban de un lugar a otro en busca de comida y agua para sus rebaños. No habiendo llegado aún a la fase cultural del sedentarismo y las labores agrícolas, sus asentamientos eran por lo general eventuales, duraban el tiempo que sus ganados tardaban en consumir los pastos.

El Génesis ofrece una particular visión de los comienzos de la historia de Israel, que es más propiamente la historia de una familia. Procedentes de la ciudad mesopotámica de Ur de los caldeos, situada junto al Éufrates, Abraham y su esposa llegaron al país de Canaán. Dios había prometido a Abraham que haría de él una nación grande (Gn 12.1-3; cf. 15.1-21; 17.1-4), y conforme a esta promesa nació su hijo Isaac, quien fue a su vez el padre de Jacob. Durante su largo viaje, primero en dirección norte y luego hacia el sur, Abraham se detuvo en diversos lugares mencionados en la Biblia: Harán, Siquem, Hai y Bet-el (Gn 11.31-12.9); atravesó la región desértica del Neguev y llegó hasta Egipto, de donde más tarde regresó para finalmente establecerse en un sitio conocido como “el encinar de Mamre”, junto a Hebrón (Gn 13.1-3,18).

Al morir Abraham (Gn 25.7-11; cf. 23.2, 17-20), Isaac se convierte en el protagonista del relato bíblico, que lo presenta como habitante de Gerar y Beerseba (Gn 26.6, 23), lugares del Neguev (Gn 24.62), en la región meridional de Palestina. Isaac, heredero de las promesas de Dios a Abraham, aparece en medio de un cuadro descriptivo de la vida semi-nómada del segundo milenio a.C.: búsqueda de campos de pastoreo, asentamientos provisionales, ocasionales tareas agrícolas en los aledaños de poblaciones fronterizas, y altercados por causa de los pozos de agua donde se abrevaba el ganado (Gn 26).


Después de Isaac, la atención del relato se concentra en los conflictos personales surgidos entre Jacob y su hermano Esaú, que son como una visión anticipada de los graves problemas que posteriormente habrían de plantearse entre los israelitas, descendientes de Jacob, y los edomitas, descendientes de Esaú. La historia de Jacob es más larga y complicada que las anteriores. Consta de una serie de relatos enlazados: la huida del patriarca a la región mesopotámica de Padan-aram; la inteligencia y la riqueza de Jacob; el regreso a Canaán; el episodio de Peniel, donde Dios cambia el nombre a Jacob por el de Israel (Gn 32.28); la revelación de Dios y la renovación de sus promesas (Gn 35.1-14); la historia de José y la muerte de Jacob en Egipto (Gn 37.1-50.14).

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