Por lo general, los padres evitan llevar a sus hijos a un restaurante, sobre todo cuando son muy pequeños, pues consideran que los niños aún no están preparados para comer en un lugar público.
Como en todos los aspectos de la vida, es necesario recibir entrenamiento y educación para enfrentarse a algo nuevo. Es importante tener en cuenta que los niños no son seres diferentes, sino personas en formación, y los padres tienen gran parte de la responsabilidad en esta tarea.
Aún en la intimidad del hogar, y desde muy pequeño, el niño debe acostumbrarse a que la hora de sentarse a comer es una ceremonia muy importante para el núcleo familiar. Esta no es una tarea difícil cuando el niño logra familiarizarse con ella.
Los niños y el restaurant
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