La sífilis es una infección de transmisión sexual que se adquiere por contacto directo a través de la piel o de las mucosas, y es capaz de afectar a cualquier órgano y estructura corporales.
Esta afección, causada por el microorganismo Treponema pallidum, se divide en dos grupos: sífilis precoz y sífilis tardía. En el primero se incluyen las llamadas sífilis primaria y secundaria; en el segundo, la terciaria y cuaternaria. Entre la dolencia precoz y la tardía existe un periodo denominado sífilis latente, durante el cual no hay síntomas.
Síntomas y signos de la sífilis primaria:
• Se manifiesta, ante todo, por una úlcera indolora en el lugar del contagio, por lo regular pene o vulva.
• Esta úlcera, denominada chancro, siempre se acompaña de inflamación de uno o más ganglios cercanos.
• Entre los 10 y 15 días siguientes, la lesión desaparece y si no se ha aplicado el oportuno tratamiento, en un periodo que varía entre los 20 y 60 días, aparece la sífilis secundaria.
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Síntomas y signos de la sífilis secundaria:
• Se caracterizada por una roséola que se extiende en toda la superficie corporal.
• Pápulas en las palmas de las manos y plantas de los pies.
• Fiebre.
• Dolor de garganta y articulaciones.
• Falta de apetito.
• Pérdida de peso.
• Caída del cabello.
• Y verrugas en la región genital.
• Si tampoco se aplica el tratamiento en esta etapa, las lesiones desaparecen paulatinamente para aparecer posteriormente con características mucho más graves. Se trata de la sífilis tardía, que afecta a diversos órganos y al sistema nervioso.
¿Qué complicaciones tiene la sífilis?
• Cuando no existe tratamiento, y toda vez que se ha entrado a la fase latente, los microorganismos patógenos se abren camino por diversos tejidos, como el cerebro, médula espinal, vasos sanguíneos y médula ósea.
• La última etapa de la sífilis acarrea problemas cardiacos, trastornos oculares y lesiones del cerebro o médula espinal, complicaciones que pueden causar parálisis, demencia, ceguera y la muerte.