Motiva con tu voz

Expresa tus argumentos con claridad y en el momento preciso. Procura ser exacto en los hechos y diáfano en tus puntos de vista. Corrige cualquier error inmediatamente para que los demás vean que dominas el tema.

Concéntrate en tus palabras y en el tono de tu voz. No es que grites, pero cuando subes el volumen de tu voz, automáticamente tu autoridad se eleva. Pídele a alguien en quien confíes que te hable honestamente sobre tu forma de comunicarte.

Puede ser una valiosa experiencia de aprendizaje. Evalúa tanto las palabras que usas como tu forma de transmitirlas.

Elige un estilo adecuado

¿Por qué hay quienes se imponen en las reuniones utilizando un estilo agresivo? Porque suelen tener éxito usando esta táctica, cuando se enfrentan a un comunicador agresivo, la mayoría de las personas consienten, abandonan o ceden.

Pero aunque este controversial estilo puede satisfacer tus necesidades y objetivos acorto plazo, no conduce a la clase de relaciones en las que puede haber una comunicación abierta. La comunicación afirmativa, que exige planificar pensar lo que vamos a decir, es In más idónea para causar un impacto positivo duradero sobre los demás.

Si la reunión se está tornando aburrida y más de uno de tus colegas está bostezando, dale un giro a la forma de abordar el problema poniendo una nota de humor. A menudo, lo que incide sobre la voluntad de los demás para aceptar nuestras ideas, no es lo que decimos, sino la manera como lo decimos.

Pero ser entusiasta no significa ser ruidosa ni burlón. Improvisa con un chiste que aluda la situación que están tratando, pero cuidado, procura que tenga altura y sea sutil, para que nadie se sienta aludido o para que no te tomen por tonto.