Toro de Falaris: Instrumento de ejecución antiguo en forma de toro de metal hueco donde se introducían a los condenados para ser quemados vivos.
Historia de la máquina de tortura: el toro de Falaris

• Se dice que encargo hacer a un escultor de Atenas llamado Perilo un instrumento para satisfacer su conocida afición al sufrimiento de los delincuentes condenados a la pena de muerte.
• Perilo elaboro un toro de metal hueco, con una puerta en su costado para introducir a un reo, se encendía una hoguera debajo del animal metálico para que se calentara al rojo vivo y de esa manera la temperatura en el interior del toro se elevara asando literalmente al reo, quien moría quemado, la diversión macabra de este invento era que unos tubos comunicaban al hueco donde se hallaba el infortunado reo con el hocico del toro para que sus gritos se oyeran como si el toro mugiera.
• Una leyenda muy conocida es que el tirano mando introducir en el toro al propio Perilo para así, probar la efectividad de su horripilante invento, sus gritos de dolor al quemarse fueron la mejor prueba que funcionaba a la perfección.
• La veracidad de esta leyenda está en duda, pero la realidad del toro es cierta, en el 554 a.C una revuelta popular derroco a Falaris, se dice que el sí termino muriendo quemado en el toro que mando hacer.
Otras menciones:
• Cerca de 200 a.C la ciudad fue tomada por los cartagineses y entre los objetos de valor hallados se encontraba precisamente el toro de metal.
• Aristóteles menciona a la ejecución en el toro como una acción depravada.
• Durante la persecución romana contra los cristianos en el siglo I, los romanos ocuparon también al toro de Falaris para ejecutar cristianos, un ejemplo se da con San Eustaquio de Roma, quien fue ejecutado en el toro al igual que su esposa y sus dos hijos durante las persecuciones de Adriano entre 76 d.C-138 d.C.
• Dante Alighieri (1265-1321) lo cita en un fragmento de su obra “La Divina Comedia” (Infierno, Canto XXVII, 7-15), “…el primero en ser introducido en el Toro fue su inventor, por orden del tirano, a modo de castigo, por haber destinado su talento a concebir tan terrible artilugio”.
• Durante la época de la inquisición se usó para torturar a todos los sospechosos de herejía, aunque el entrar en el toro era ya de por si una sentencia de muerte.