Antes que nada no se debe perder la calma, antes bien, pensar fríamente puede resolver muchos imprevistos.

Los planes realizados a mediano y largo plazo tienden a sufrir cambios por distintos actores que no se encuentran en las manos de uno controlar, por ejemplo, el clima, un desastre natral, sismos, accidentes menores, etc.

Se debe elaborar una suerte de plan B ante cualquier contingencia, estas siempre se van a presentar pero si se resuelve de manera favorable entonces se puede esperar un buen resultado en la finalización del proyecto.

Recomendaciones para enfrentar una contingencia que afecte los planes hechos con antelación:

• Revisar posibilidades de salvar el plan original, si es viable no modificar nada o solo algunas pequeñas cosas, llevarlo adelante.

• Ser consciente de que una modificación de planes puede significar cierta cantidad económica adicional a la planeada originalmente, si se cuenta con el recurso monetario, llevarlo adelante.

• Ante todo la formalidad, solo en caso de emergencias graves, posponer el proyecto, de otro modo llevarlo avante, este es un verdadero ejemplo de formalidad.

• Utilizar todos los recursos al alcance de uno para concretar una situación que si bien se avista difícil, es salvable.

• Los fenómenos naturales son impredecibles, pero se pueden manejar a través de la planeación adecuada, solo así se pueden enfrentar sin perdidas.

• Los accidentes son por algún descuido, pero en ocasiones son por culpa de la imprudencia de otros, si bien no se pueden evitar, es necesario analizar daños y repercusiones, y si es posible llevar adelante el proyecto, que mejor, pero si se pone en riesgo la salud cancelar es la mejor opción.

• Aceptar la cancelación ante la imposibilidad material de ser realizado, es mejor enfrentar el imprevisto con el valor de cancelar que de insistir.

• En caso de cancelaciones, notificar al solicitante de un servicio u empleador el hecho de no poder asistir ni de concretar el plan hecho.