Se logra programándose horarios y planificando metas por cumplir, de este modo el tiempo rendirá al máximo.
Las prioridades siempre serán puestas al frente, porque estas serán las primeras en ser cumplidas, pero ¿cómo se podrían diferenciar las prioridades de los objetivos prescindibles?
Para diferenciarlos se necesita poner en claro cuáles serán benéficos, además de inmediatos e indispensables, y cuáles no, asimismo, revisar los tiempos para cumplirlos, dando preferencia a los inaplazables y trabajando sobre los que falta tiempo para concretarlos.
Dividiendo el día para lograr varios objetivos de manera efectiva:
• Salir al trabajo a buena hora, sabiendo que la hora de entrada será específicamente a una hora determinada, en este aspecto cuenta mucho la disciplina, ya que el saber de antemano que se debe asistir al trabajo y no hacerlo, provocara retrasos, y posibles descuentos en el ingreso laboral.
• Durante el día desempeñar el trabajo de manera eficaz porque de su correcto desempeño se obtiene el ingreso necesario para cubrir todas las necesidades.
• El horario de comidas será determinado por las necesidades del trabajo, es decir, un empleo siempre contempla un espacio para comer, por lo cual se debe aprovechar al máximo.
• El regreso a casa se hará de manera normal y sin prisas, esto por el estrés causado durante el día laboral hace que no sea muy bien recibida una tensión extra fuera del trabajo.
• La hora de dormir será programada para recuperar fuerzas y descansar.
El paso del tiempo es inexorable:
• De acurdo con esto, el paso de las horas, de los días, meses y años se realiza con bastante rapidez, por lo que programar lo que se quiere conseguir y contar con los medios para hacerlo será prioritario.
• Perder el tiempo, pareciera ser de vez en cuando, pero si se juntaran todos esos pequeños instantes perdidos se vería que unidos son bastante tiempo perdido que no se aprovechó como debiera.