Fábula de Esopo: El lobo y la grulla

A punto de ahogarse un lobo con cierto hueso de gallina que se le atravesó en la garganta, suplicó a una grulla que se lo extrajese, empleando, a guisa de tenazas, su largo cuello.


Entonces la grulla hizo como un doctor; y al pedirle los honorarios de su obra, le dijo el lobo mostrándole los dientes:


"Bástate y sóbrate la merced de haber sacado intacta la cabeza de la boca de un lobo"

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