Habiendo a su rival vencido un gallo, quedó entre sus gallinas, victorioso, más grande, más pomposo que el mismo Gran Sultán en su serrallo.
Consuele al abatido tal mudanza: sirva también de ejemplo a los mortales que se juzgan exentos de los males cuando se ven en prospera bonanza.
Cuento infantil de los dos gallos
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Cuento infantil de los dos gallos