Muchas veces cuando hablas con tu niño tal parece que estás hablando con la pared. Si combinamos la escasa capacidad de comprensión que tiene todavía el pequeño, su poca atención que presta y su voluntad de hierro, podrán ver que a veces es muy difícil o casi imposible entenderse con él. Incluso dirías que no te escucha en absoluto.
No ordenes, negocia
¿Qué te parecería si alguien te ordenase que te comieras un bocadillo de atún a la hora del almuerzo, cuando lo que a ti realmente te apetece es un bocadillo de queso? Probablemente no estarías muy a gusto. Lo mismo sucede con los niños: los niños responden mejor a las opciones que a las órdenes.
Si quieres que tu niño te preste atención, pregúntale cosas y dale a escoger entre un par de opciones cerradas, por ejemplo:
Pregúntale si prefiere leche o jugo. De esta forma no solo le estarás dando a elegir una opción, sino que también le ayudarás a desarrollar el lenguaje, y le estarás animando a verbalizar su decisión.
Llámelo por su nombre
¿Te has dado cuenta de que cuando te llaman por teléfono, siempre se dirigen a ti por tu nombre? Entonces está demostrado que utilizar el nombre es un buen sistema para captar la atención. Por lo tanto al dirigirte a tu hijo llámalo por su nombre.
Es el mejor modo de llamar su atención. Debes probar en casa: cuando parezca no interesarse en absoluto por lo que le estás diciendo, mírale a los ojos, pronuncia su nombre y automáticamente su radar infantil dirigirá su atención hacia ti.
Lenguaje corporal
No es fácil mantener una conversación con alguien más alto o más bajo que tu. Ahora imagínate cómo se siente tu niño. Cuando quieras comunicarte con él, baja hasta su nivel y mírale a los ojos.
También se ha demostrado que la mejor forma de atraer la atención es tocándole, por lo que es bueno que mientras hablas con él le puedes acariciar o darle un abrazo. De este modo se animará a mirarte y a concentrarse en lo que estás diciendo. Además, ambos sentirán una sensación fantástica.
mmm qe lindo me sirvio mucho graxias =)